Historias verídicas y conmovedoras de hombres y mujeres que respondieron al llamado de Dios
¿Una acaudalada muchacha irlandesa rescata niños en India?
¿Una criada predica el evangelio en China?
¿Un piloto estadounidense sirve a misioneros en Ecuador?
Héroes cristianos de ayer y de hoy relata las emocionantes y conmovedoras historias de hombres y mujeres comunes cuya confianza en Dios realizó hazañas extraordinarias en su Reino y para su Gloria.
Al comenzar la carrera parecía obvio que Eric Liddell sería superado. La multitud en el estadio olímpico enmudeció cuando el corredor escocés rehusó ser sobrepasado al cruzar la línea de meta, el gentío irrumpió en un aplauso que se oyó en todo París. Eric Liddell había hecho lo imposible, se había batido un nuevo récord mundial.
Aquella misma semana Eric rehusó correr el domingo en la carrera de 100 metros que asombrara al mundo. Pero su increíble victoria en la carrera de 400 metros fortaleció aún más su fe en la promesa de Dios: “A aquél que me honra yo le honraré.”
Unos años más tarde Eric Liddell sería probado mucho más que en su capacidad física, como misionero en China. Su carácter, perseverancia y resistencia es un claro ejemplo a seguir para todos los que obedecen el llamado de Dios de llevar el evangelio a las naciones.
Historias verídicas y conmovedoras de hombres y mujeres que respondieron al llamado de Dios
¿Una acaudalada muchacha irlandesa rescata niños en India?
¿Una criada predica el evangelio en China?
¿Un piloto estadounidense sirve a misioneros en Ecuador?
Héroes cristianos de ayer y de hoy relata las emocionantes y conmovedoras historias de hombres y mujeres comunes cuya confianza en Dios realizó hazañas extraordinarias en su Reino y para su Gloria.
Al comenzar la carrera parecía obvio que Eric Liddell sería superado. La multitud en el estadio olímpico enmudeció cuando el corredor escocés rehusó ser sobrepasado al cruzar la línea de meta, el gentío irrumpió en un aplauso que se oyó en todo París. Eric Liddell había hecho lo imposible, se había batido un nuevo récord mundial.
Aquella misma semana Eric rehusó correr el domingo en la carrera de 100 metros que asombrara al mundo. Pero su increíble victoria en la carrera de 400 metros fortaleció aún más su fe en la promesa de Dios: “A aquél que me honra yo le honraré.”
Unos años más tarde Eric Liddell sería probado mucho más que en su capacidad física, como misionero en China. Su carácter, perseverancia y resistencia es un claro ejemplo a seguir para todos los que obedecen el llamado de Dios de llevar el evangelio a las naciones.